lunes, 11 de julio de 2011

Carta para Paula

¡Ya está, lo hiciste!
Ahora leo la última entrada y le diría a la Paula del pasado que no tenía nada que temer ¡pero quién podía saberlo! Todavía no sabemos nada definitivo pero la recompensa emocional ya ha llegado. Y llegó de sorpresa, por la puerta grande y en el momento preciso.
Ya está, recuerda este momento muchas, muchas veces, recuerda como te sientes ¡como si lo pudieras todo!
Ha sido un año muy intenso de aprendizaje profesional y personal, pero la lucha comenzó mucho antes. Has tenido la suerte de prepararte con EL MEJOR (así, en mayúsculas y negrita). Ha sido alguien que no sólo te ha ayudado a preparar unas oposiciones, te ha enseñado a creer en ti misma, a valorarte y a aprender que, efectivamente, sólo con mucho trabajo se consiguen las cosas. Nunca vas a tener las palabras suficientes para agradecerle su labor. Procura seguir teniéndolo cerca de aquí en adelante.
Recuerda que, sobre todo, esto ha sido un trabajo en equipo (aunque tú hayas sido la responsable final) tus padres te han ayudado en todo lo que han podido ¡y más! tu hermana te ha hecho reír muchísimo (no os imagináis lo importante que es que os hagan reir), los amigos te han estado apoyando y él, como siempre: incondicional e infalible. Acuérdate de que tú sabías que también lo lograría, es un luchador incansable. Dale energía.
Acuérdate de los momentos malos, de cuando no has podido más, de cuando no sabías si ni siquiera ibas a tener la oportunidad de examinarte, acuérdate de los desprecios y de los que te han infravalorado para saber que no caben en tu vida.
Sigue rodeándote de las personas que sólo te hacen bien, que son optimistas, que te quieren, que se dejan querer. Sé generosa con ellos y dales lo mejor de ti.
Y por favor, acuérdate de las anécdotas: de la piedra, el maletín, la asturiana. Acuérdate del miembro del tribunal que parecía "serio". Que perdiste el estuche que tenías desde el instituto. Acuérdate de que soñaste con el 18 !y que salió! y encima escribiste el examen mientras en la calle sonaba a todo volumen el último disco de canciones italianas de Sergio Dalma. Podrías haber matado al tipo que lo puso...
Que no se te olvide el último momento, la frase "Paula ¿puedes entrar otra vez en el aula?" y la maravillosa escena de a continuación. La cara de orgullo de tu padre cuando saliste, la voz emocionada de tu madre por teléfono, el mensaje de tu hermana. Ella tenía razón, como la canción que tanto le gusta: iba a ser FÁCIL, muy muy duro, pero fácil.
Y todavía no sabes nada tangible, pero por todas estas cosas ya ha sido un triunfo. Un maravilloso y merecido triunfo.
Y no has dicho nada en todo este tiempo de los pequeños terremotos adolescentes que llevan contigo ya 3 y 4 años. Por precaución no querías escribir sobre ellos y eso que les has visto crecer, a alguno le ha cambiado la voz ¡y casi es más alto que tú! con otra que es la más pequeña de cuatro hermanos has conseguido que sea la única que vaya a estudiar una carrera. Ya hay que decir adiós, pero te lo han hecho pasar genial, has aprendido muchísimo (para que luego otros digan que las nuevas generaciones están perdidas ¡no tienen ni idea! ellos sí que están perdidos) y sobre todo han hecho que ames esta profesión que en un principio no fue vocacional.
Trabaja mucho que esto no es más que el punto de partida.
¡Hoy te quiero muchísimo!

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