miércoles, 8 de diciembre de 2010

No es nada fácil acostumbrarse, la peor parte soy yo. Pelearme conmigo todos los días no es algo que me agrade, sobre todo cuando nunca gano. He descubierto que puedo cambiar de humor unas 17 veces en 12 horas. Sé que vale la pena, sé lo que me juego, lo que invierto y estoy más que convencida (por una vez en la vida) pero está siendo duro.
Nadie te ve con estos pelos, en chándal, con ojeras, nadie ve las seis horas de estudio, la media hora de ensayar delante del espejo, nadie ve los descansos que invierto en hacer material. Nadie me puede asegurar que todo esto esté contando, que vaya a ser garantía de algo... lo único que sé es que no hacerlo sí que no es una opción.
A eso de las 8 de la mañana me despierta un zumo de naranja recién hecho, junto a una voz que me pide perdón por interrumpir mi sueño. Esta disculpa siempre parece poco creíble, pero yo qué sé, no estoy para discutir a esas horas así que contesto: "No importa, ya me iba a levantar". Creo que mi respuesta tampoco parece convincente...
La parte graciosa es verles hacer de malos conmigo, les leo los temas, les expongo la programación en Inglés y aunque no entienden una palabra me dicen: "te has trabado siete veces al leer", "tienes que trabajar más la entonación", "mira a todos los miembros del tribunal por igual" (y cuando dicen todos se refieren también a los gatos), "no hagas el cuento tan rápido"... Me sacan de quicio, pero me enternece que tengan paciencia para hacer esto una y otra vez.
Sí, creo que a este paso no voy a acabar muy bien de la cabeza... Ya lo voy notando cuando llega la última hora de la tarde y quedo con otro aspirante a entrar en el mundo de los locos. Bailamos sin música, nos reímos por cosas que no tienen gracia, hablamos de lo mismo de todos los días como si fuera totalmente nuevo y encima, volvemos a casas tan contentos.
Como diría Marshall, esto ya puede ser la leche...

martes, 16 de noviembre de 2010

El síndrome Belén Esteban


Acabo de leer el siguiente texto y quería compartirlo con vosotros. Sé que más de uno se sentirá identificado...


Como profesora, las preguntas de los alumnos que más me cuesta responder convincentemente son sobre porqué hay que estudiar cosas que a ellos les parecen inútiles o absurdas, como la Historia o la Geografía. Yo tengo claro qué me aportan a mí, pero de todas las razones que hay para estudiar estas cosas, yo les hago hincapié en lo necesarias que son estas disciplinas para comprender el mundo en el que viven: las coordenadas de espacio y tiempo, que al fin y al cabo son las que tratan la Geografía y la Historia , nos ayudan a conocer el sitio que ocupamos en el mundo y a comprender de dónde vienen todas nuestras realidades. Que todo eso les puede parecer ajeno y absurdo, pero que muchas de las cosas que estudian tienen que ver con su vida real y que, quieran o no, les afectan.

Por ejemplo, ¿quieres saber por qué tienes a tu lado a un compañero que viene de Ecuador? ¿por qué habla el mismo idioma que tú? ¿quieres entender por qué un señor, por nacer con el apellido Borbón, va a ser "rey" y el Estado Español le va a dar mucha pasta (que vendrá de los impuestos que tú pagues de mayor)? ¿por qué lo que digan unos señores europeos en Bruselas va a repercutir - y mucho - en tu vida? Todo eso es geografía. Todo eso es Historia.

Algunos entienden qué quiero decir, otros no. Yo no llevo mal las preguntas, las protestas... son críos. Es normal. Donde me desarman del todo y me dejan sin respuestas es cuando me dicen que todo eso les da igual. Que para qué quieren saber dónde está Marruecos, si no van a ir nunca. Para qué conocer el tipo de elecciones que hay en España, si ellos no tienen la intención de votar jamás. Que les resbala que haya una guerra en Irak, que media África se esté muriendo de hambre o que la Unión Europea diga "bla". Si ni siquiera les interesa eso, imaginaos lo complicado que me resulta hacer que se interesen por lo que hacían señores de hace cinco siglos, por muy apasionante que yo intente pintarlo.

Y, Lo que llevo peor con diferencia, es esa actitud de orgullo con el que exhiben su ignorancia y su cortedad de miras. Esa actitud de "no sirve para nada, no me interesa. Eso que cuentas y a lo que dedicas tu vida es una mierda. Yo quiero jugar a la Play / irme de compras al Centro Comercial y ya". La tienen conmigo, que enseño Historia, pero también que los profes de lengua, de biología, de matemáticas. El desprecio por los libros, por el Arte, por la Cultura , por las Ciencias... no es algo tan raro, y puede conmigo.

Últimamente esa actitud está más de moda que nunca. Tenemos una perfecta encarnación en la dichosa Belén Esteban, que no sabe nada, no quiere saber nada y se jacta de ello. La mala educación, la zafiedad y la ignorancia puestos en un pedestal día tras día. Todo el mundo la aplaude porque ella es "auténtica" (signifique lo que signifique eso). Conozco a mucha gente a la que le gusta ver a la Esteban y es curioso, porque hay toda clase de personas entre su público. Entre ellos, los que más me llaman la atención son dos tipos: la gente que tiene (o cree que tiene) más educación que ella y la ve como un divertimento, incluso algunos como un consuelo (yo soy mejor que ella), o los que son como ella, que han visto como la ignorancia y la mala educación también te pueden hacer triunfar en la vida y que hay que sentirse orgulloso de ello. Eso me da miedo: que se extienda y que sirva de ejemplo a más bobos, que opinen que el no saber nada es estupendo. Que el presumir de ser zafio e inculto se convierta en políticamente correcto y sea bien visto.

http://www.youtube.com/watch?v=fpgDqZBlszo

"Eh, que yo no quiero ayuda de nadie, que no necesito ayuda, leche" dice la Esteban en un momento de estos cuatro minutos de despropósitos. "Como yo no he pillado esa revolución -la industrial- tres narices me importa"- un argumento que podría haber empleado uno de mis peores alumnos.
En fin... lo grande es que estoy convencida de que la mayor parte del público (y muchos de los de las mesas) no tenían ni idea de que la chica estaba metiendo la zarpa hasta el fondo y más allá y reían y aplaudían porque lo decía el regidor.

Entendedme: yo no critico a la gente que no sabe. Yo no sé mucho de tantísimas cosas... tampoco creo que tenga que ser motivo de vergüenza el no haber estudiado, el no hablar correctamente o el tener lagunas de conocimiento. Lo que me revienta es la actitud contraria, la exhibición con orgullo de la ignorancia y el menosprecio a cualquier cosa que huela a sapiencia. Me duele el desprecio a la educación, en todos sus sentidos. Me duele... y me da una pena que me muero.


domingo, 14 de noviembre de 2010

Caminos



La bajada es en picado porque el despegue me llevó muy por encima de las nubes. Se supone que es normal, todo el mundo me pregunta y no puedo decir otra cosa: sí, me cuesta volver a pisar la tierra. Las últimas dos semanas ya ni escribía, no tenía tiempo, no quería tenerlo.

Ahora he vuelto a retomar la historia pero de otra manera, con un punto de vista distinto y con un objetivo claro que ya no sólo tiene que ver conmigo. Ahora sí, una vez más quiero creer en la frase que nos decían "todo lo bueno que te pasa te lo mereces pero se paga por adelantado". Así que aquí estamos probando lo frenético de la vida estática, quitándonos el miedo escénico, dándoles clases de apoyo a adolescentes cuyo peor problema no son los suspensos, enseñando a aprender, aprendiendo a enseñar... No sé si este es el camino correcto pero es el que he elegido.


lunes, 18 de octubre de 2010

Cuarta Semana

Qué le voy a hacer... Yo no tengo la culpa de que el baloncesto haya calado tanto en mi vida. No tengo la culpa de que mi padre desde pequeñita me llevara a ver partidos y me enseñara a botar un balón. Supongo que yo no elegí tener una hermana que jugara más que bien y que algunos de mis mejores amigos comenzaran a serlo precisamente por estar en contacto directo con este deporte. Es por eso que era inevitable que ese día todos ellos estuvieran en mi mente: Toronto Raptors vs Boston Celtics.


En el Air Canada Centre no sólo se juegan los partidos de baloncesto de la NBA, también es el pabellón del equipo de hockey Toronto Maple Leafs y es el lugar donde se realizan infinidad de conciertos de música. Muchos de los grupos y artistas más importantes del panorama internacional han tocado aquí.


El interior está repleto de cafeterías y puestos de comida rápida. La verdad es que todo el mundo compra algo porque los partidos suelen ser bastante largos (unas dos horas y media) pero lo suyo es disfrutar del juego con tu cubo de palomitas y tu refresco extragrande.

Y bueno el resto es todo espectáculo, desde las presentaciones de los jugadores hasta la mascota, pasando por la música, las cheerleaders, los tiempos muertos, el público... Unos animando a los Toronto Raptors, otros animando a los Boston Celtics y los españoles animando a Calderón. Jaja! Tal cual, de vez en cuando se oían gritos de "¡Vamos Jose!" o "¡Calderón, Calderón, Calderón!". Lo más gracioso del asunto es que los españoles nos íbamos saludando desde los distintos puntos del pabellón. Supongo que mucha gente de la que estaba allí pensaría que éramos un poco catetos porque éramos los únicos que andamos dando la nota pero la verdad es que fue muy divertido.

Y a Shaquille O´Neil no lo sacaron nada de nada, ni aunque su equipo llegara a estar en apuros, ni aunque gritáramos su nombre una y otra vez :( Estuvo en el banquillo tooodo el rato, así que nada, nos quedamos con las ganas de verle jugar...

Como era de esperar los Boston Celtics ganaron pero la verdad es que no les fue fácil. Tan sólo de cinco puntos fue la diferencia.

Cambiando de tema, este fin de semana he ido a visitar Centre Island que es, como el propio nombre indica, una isla que está en el lago de Ontario y desde la cual se ve la ciudad de Toronto. La verdad es que tiene unas vistas muy chulas.



Además se puede decir que tuvimos buena suerte porque no hizo mucho frío. La idea era ir a pasar el día, llevar algo de comer, beber y jugar a algo... La isla está repleta de zonas verdes, se podían alquilar bicis, barcas, había playas, canchas de baloncesto, de fútbol y de voley.



Lo pasamos francamente bien, estuvimos explorando la isla, escuchando música y jugando al baloncesto (estábamos inspirados del día anterior). Y fue muy curioso porque encontramos una playa con esta señal... Muy útil por si te has perdido :)



En fin, faltaba la flecha que me dijera por dónde quedaba mi casa... Pero no pasa nada, todavía me quedan un par de semanas para seguir perdiéndome un poco por aquí y contaros las cosas que me voy encontrando por el camino. ¡Muchos Besos!




lunes, 11 de octubre de 2010

Tercera semana


Ya estoy justo en el ecuador de mi estancia en Toronto y reconozco que se me esta pasando el tiempo muy rápido. Cada día es distinto y es una nueva oportunidad para vivir mil experiencias. Esta semana os puedo contar que estoy especialmente impresionada con la capacidad que tiene esta ciudad para acoger gente de cualquier parte del mundo y que todos ellos vivan en paz respetándose los unos a los otros. No hay grandes problemas de racismo, si algo sucede es más bien puntual. Como dicen en mi casa "puedes estar en Toronto y vivir acorde a tus raíces". Es cierto, hay barrios para todos: chinos, coreanos, hispanos, filipinos... Aquí todo son mezclas y contrastes. La propia arquitectura de la ciudad lo dice:



Pero no todo el monte es orégano... hace unos días os contaba que la gente aquí es muy respetuosa, muy amable. Podríamos decir que son unos ciudadanos ejemplares, pero también os tengo que contar que hay una razón: Si a alguien se le ocurre pisar o estropear el césped de un lugar público en el que se estipula explícitamente mediante un cartel la prohibición de dicho acto la multa a la que se puede enfrentar es de 5000 dólares ni más ni menos. Y lo mismo si tiras un chicle al suelo, si escupes en la calle o si pintas una pared...

Otra curiosidad que no todo el mundo lleva muy bien es que aquí los bares, clubs y pubs tienen que dejar de servir alcohol a las 2 de la mañana por ley. Parece ser que con esta medida se ha reducido notablemente el numero de accidentes de tráfico durante los fines de semana. Por otro lado, si decides comprar el alcohol por tu cuenta para hacer una fiesta en tu casa, es importante recordar que aquí los supermercados no venden más que cervezas. Si lo que quieres son otro tipo de bebidas: vino, ron, vodka... tienes que ir a tiendas especializadas, las alcoholisterías (o algo así, no sé cómo sería exactamente la traducción). Allí por supuesto, tienes que enseñar tu DNI y si eres mayor de 19 años puedes comprar lo que te de la gana.

Y dejando los aspectos legales a un lado, esta semana he hecho (como no) un montón de cosas. Primero, Casa Loma. Este palacio es uno de los monumentos que más explotan de cara al turismo. Tengo que reconocer que el día que fui a visitar este sitio no llevaba grandes expectativas ya que aquí a cualquier edificio, iglesia o monumento del siglo pasado les parece que es una antigüedad valiosísima digna de admirar por toda la humanidad. Pero en este caso me equivocaba y mucho.

No sé si tuve la mala o la buena suerte de que cuando yo fui estaban rodando una película y hubo una parte de la casa que no pude ver digamos... al natural. Parece ser que en este edificio es muy habitual que esto suceda. Allí han rodado varias escenas de Xmen, Chicago, Pacífico... Por supuesto en cuanto llegué a casa me dediqué a buscar las peliculas en internet.


Y bueno, el interés de la Casa Loma reside en dos aspectos: el primero, la historia de los propios inquilinos que vivieron en ella (si alguien tiene interés se la cuento en otro momento) y segundo, las comodidades que poseía que eran muchísimo más avanzadas a las de su tiempo: duchas de hidromasaje, habitaciones circulares, jardines de invierno, piscina climatizada... Impresionante.



Por otro lado, el jueves tuvo lugar en la escuela la Pot Luck Party. Todo aquel que quisiera podía preparar comida típica de su país y llevarla a la escuela. La verdad es que estuvo muy bien, en general, participaron muchos países. Nosotras, Meritxell (la otra chica española) y yo, preparamos tortilla de patata y sangría. Bueno, o casi, porque con las tortillas tuvimos algún problemilla "técnico" y la sangría la tuvimos que hacer con vino sin alcohol... (la escuela no nos dejaba llevar alcohol porque hay gente menor de edad) y parecía más bien zumo. Pero bueno, teniendo en cuenta que los demás no habían probado nunca la receta "original" conseguimos salir del paso...



Y como guinda del pastel, este fin de semana hemos hecho una excursión para ver las Cataratas del Niágara. Por fin!!


Lo que pasa es que debo ser un poco ingenua porque yo pensaba que el autobús nos sacaría de la ciudad y nos llevaría a un lugar en medio de la naturaleza para contemplar la belleza de las grandiosas cataratas, pero no. Las Cataratas del Niágara están en medio de un complejo de hoteles, casinos, restaurantes, tiendas... y como decían los coreanos, parecía un parque de atracciones. Pero bueno, no les quitemos protagonismo a ellas: el reclamo y el motivo del viaje. Para ver las cataratas te montan en un barco y te dan una especie de chubasquero que te cubre prácticamente de los pies a la cabeza. El barco se acerca tanto, tanto a las Cataratas que te calas inevitablemente.


Y por último, Acción de Gracias. No, no he comido pavo. Como ya os he comentado mi familia es filipina y ellos hacen la celebración a su manera: barbacoa en el jardín, marisco, bebida y karaoke. Tampoco estuvo nada mal, lo pasé muy bien. No puedo enseñaros las fotos porque me quedé sin batería en la cámara. Cuando me las pasen os las enseño ¿vale?

¡Hasta la semana que viene!
¡¡Muchos besos a todos!!




domingo, 3 de octubre de 2010

Segunda semana

El otoño ha llegado. Ahora sí puedo decir que hace frío y que estas temperaturas podrían ser las propias del mes de noviembre en Valladolid. La parte buena de esto es que el paisaje está precioso y los árboles están cambiando los verdes por tonos rojizos y marrones. Me llaman mucho la atención los parques porque es muy habitual ver ardillas. No se acercan mucho a la gente, están subidas a las ramas divisando el panorama y muchas veces esperan a que algún transeúnte se acabe su sándwich para apurar las pocas miguitas que se le hayan podido caer al suelo.


Esta segunda semana empiezo a estar más cómoda. La primera todo era incertidumbre: no conoces a nadie, quieres ir a verlo todo, hacerlo todo a la vez. Ahora estoy más metida en la vida diaria. Tengo una familia y unos amigos "postizos" y voy a clase, estoy en casa, salgo a ver cosas, quedo con otra gente. Ahora hay tiempo para todo.

El jueves, por fin, pude subir a la torre de la CN (la del chiste, desde la que se ve Torontoentero), antes me había sido imposible porque había estado lloviendo y no merecía la pena gastarse el dinero para ver una manta de nubes. Pero la espera ha merecido la pena, sin duda. El atardecer fue una pasada y no es por nada pero estoy muy orgullosa de estas fotos:


Por si no lo había dicho antes, Toronto es una de las ciudades más caras del mundo. De hecho, ayer pagué por dos cervezas 14 dólares así que como os podéis imaginar hacer turismo no es mucho más barato. Existe la posibilidad de sacar un bono para nueve días que te permite ir a ver los lugares más representativos de la ciudad. Uno de ellos es el Museo de Ontario.



Y la comida... he cambiado de opinión. Demasiada carne... deliciosa, eso sí, pero ya se va echando un poco de menos alguna ensaladita o una manzana. Es una opinión generalizada entre los estudiantes de la escuela. El otro día uno de los compañeros de clase propuso ir a un restaurante coreano para ver si alternábamos un poco con otro tipo de sabores: kimchi, ensalada de algas, sopa de tofu...

Este fin de semana ha sido La Nuit Blanche. Es un festival que hay en Toronto todos los años y que consiste en que durante toda la noche la cuidad se llena de espacios destinados al arte: danza, fotografía, escultura, música, pintura...


Como decía hay tiempo para todo. Los bares por aquí son todos muy parecidos, los viernes por la noche nos juntamos la gente de la escuela en el Madison que está en la zona de Spadina, donde hay un montón de sitios para salir. A mí me recuerdan a los que salen en las series americanas (como no). La gente suele sentarse en mesas y lo mismo te puedes pedir una copa que unas patatas fritas.


Así que nada, esto es lo que está sucediendo en el país de muy muy lejano. Da gusto poder compartirlo como si estuviéramos justo al lado. Un abrazo kilométrico.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Toronto Lifestyle



¡Saludos desde la capital de Canadá!

Ya llevo prácticamente una semana en esta maravillosa y cosmopolita ciudad y creo que es el momento de dejar una huella de lo que están siendo mis días por aquí. ¡Empezamos!


Bienvenidos a Toronto y bienvenidos a una de las ciudades más seguras del mundo. Doy fe, no importa la hora del día o de la noche que sea, no importa por dónde te encuentres y no importa de dónde vengas, siempre hay gente por la calle. Y siempre te van a echar un cable para lo que necesites: si te has perdido, te ayudan a encontrarte, si no tienes dinero suelto para el bus, ellos te lo dan, si no puedes con la maleta, ellos te ayudan... no hay excepción. En esta ciudad nunca te vas a sentir desprotegido, nunca. Lo más curioso del asunto es que no se suele ver mucha policía por las calles...


Toronto es una cuadrícula perfecta. La verdad es que es muy fácil situarte en el mapa porque es como jugar a los barcos :) Ellos hablan de "manzanas", como los estadounidenses. De hecho, se dice que son como unos "americanos europeos" porque tienen el carácter europeo pero el estilo de vida americano.

Hay dos partes bien diferenciadas en la ciudad: el Downtown que es la zona donde está el centro financiero, los rascacielos, la zona turística, restaurantes, tiendas, pubs...



Y el área residencial al más puro estilo americano, como en las películas y las series de televisión: casas bajas con su garaje, jardín, perro y barbacoa. Esta es la casa en la que vivo yo:




Pertenece a una familia de Filipinas (todas mujeres) que llevan viviendo en el país desde el año 92. La madre, es cocinera y como os podéis imaginar estoy comiendo como una marquesa (sin exagerar). Somos seis personas por el momento, dentro de unos días, por lo que me han dicho, se incorporará una estudiante alemana.

La niña de la foto es Lya. Tiene dos añitos y se pasa el día en mi habitación hablando si parar y esperando a que juegue con ella. Es muy graciosa.


Por otra parte el clima está siendo muy agradable, más de lo que me esperaba. Mucha gente me había hablado de las bajas temperaturas que caracterizan este país pero la verdad es que de momento no he tenido que usar ropa de abrigo.

Por otra parte, la escuela en la que yo estudio se encuentra en la misma calle en la que vivo (bueno, en realidad una calle más abajo) pero como os decía antes, la ciudad es una cuadrícula perfecta así que la distancia desde mi casa (que está al oeste) y la escuela (que está al este) es de 9 km, unos 50 minutos andando y 10 minutos si vas en autobús.

La escuela está muy bien, de momento no me he encontrado con ningún español. Sí, hispanos pero no españoles. Curiosamente hay mucha gente de Corea, Japón China... además residen largas temporadas (6meses o un año) y trabajan para pagarse las clases y la estancia. De todas formas, para todo el que quiere, la escuela organiza todos los días actividades para hacer por las tardes o excursiones para los fines de semana. Algunas son gratuitas y en otras hay que pagar pero en general están bastante bien de precio.


Supongo que con el paso de los días tendré muchas más cosas que contaros y enseñaros. De momento creo que por ahora con esto es suficiente. Estaremos en contacto vía cibernética. ¡Muchos besos desde el otro lado del mapa!



lunes, 23 de agosto de 2010

¿Te imaginas?



¿Te imaginas dar el salto?
¿Te imaginas llegar justo al otro lado del horizonte
tal y como lo habías soñado?
¿te imaginas morirte de miedo
y no querer dar un paso atrás?
¿te lo imaginas?

sábado, 7 de agosto de 2010

¿Mal día?

Si el día comienza a las 5:49 de la mañana.

Si te despiertas de un salto y con las pulsaciones a mil.

Si lo que te despierta son las voces que está dando un borracho que maldice su existencia mientras pasa por tu calle.

Si el día que más madrugas es el que menos cunde.

Si nada sale a la primera.

Si alguien te decepciona o te hace daño de forma gratuita porque no se ha parado ni medio minuto a pensar en lo que dice.

Si te pasas seis horas sin poder recuperarte de aquello.

Si una vez que te recuperas te das cuenta de que hay cosas de las que todavía no aprendes.

Si ese día discutes con tus padres después de no haberlo hecho en meses.

Si no te apetece ningún plan.

Si pierdes las llaves.

Si quedas con tu chico a última hora y os clavan por dos refrescos en un bar.

Si los planetas se alinean para que tengáis esa conversación en la que no os ponéis de acuerdo.

Si llegas a la cama rendida deseando que por fin se acabe ese día...

Piensa que...

Esa madrugada el borracho lo estaba pasando peor.

Lo que dejaste de hacer lo puedes hacer otro día.

Que lo que no sale a la primera, siempre acaba por salir a la segunda o la tercera.

Que, efectivamente, estabas en lo cierto y conoces muy bien a la gente que te rodea.

Que no hace daño el que quiere sino el que puede.

Que hacía meses! que no discutías con tus padres.

Que no te apetecía ningún plan y acabaste yendo al cine con tu hermana, con la que hacía mucho que no hacías nada.

Que os encantó la película y que la invitaste a cenar.

Que después encontraste las llaves.

Que con un abrazo de él nada parece para tanto.

Que probasteis, de una vez por todas, el Biofrutas Ibiza (aunque no estaba tan bueno).

Que al final os pusisteis de acuerdo.

Que cuando llegaste a la cama, ya era MAÑANA.

martes, 6 de julio de 2010

La habitación

Después, cuando parecía que lo que tocaba era la calma propia del verano, el tiempo se resignó a seguir adelante como siempre, con sus pequeños vaivenes, con sus ratos malos y buenos.

A veces me parece que las cosas no cambian tanto y sí lo hacen. Llevo nada más y nada menos que una semana tratando de dejar mi habitación medianamente preparada para lo que va a ser un año de locura. La locura del silencio, de la autocompañía, de las cuatro paredes. No me lo recuerdo demasiado porque, conociéndome, cambiaría una vez más de opinión. Esa es una de las cosas que no han cambiado: sigo sin tener las cosas claras. Es mi sino.

La habitación, sin embargo, es la misma. Un poco más vacía, no mucho, decorada con otras cosas. Nos ha costado, pero nos hemos deshecho de algunos objetos que nos ocupaban demasiado espacio y que nos pesaban: papeles, libros, ropa vieja, algunos recuerdos... Ahora todo está preparado para empezar de nuevo. Tengo la suerte de mi parte, la ayuda y a esos enanos que hacen de estos días una sonrisa permanente.

¡Preparada! Que pase la siguiente fase.

martes, 22 de junio de 2010

¿Por dónde iba...? Ah, sí! Y entonces, por fin, el fin. Sólo hace unos días estaba planteándome entrar a contaros algo, pero entre que notaba que las palabras iban a salir a tropezones y que no llegaba el verano, he esperado hasta hoy.

Y es que hoy... amig@s, cómo contaros lo de hoy. Hoy ha sido la inauguración de algo grande. Últimamente la vida me sorprende para bien, por una vez, la trama da un giro repentino y se pone de mi parte. Esta vez... ay, esta vez aunque sólo sea por un ratito se alinean los planetas, se oye el sonido del silencio absoluto y decides que no hay nada de lo que preocuparse, no hoy.

Y para celebrarlo, lo que más me gusta, las cosas sencillas: una vuelta en un corcel blanco, una cena bien acompañada, un bombón de plátano y un paseo a la luz de las farolas. Y mañana será otro día.

- ¿Pero tonta y entonces por qué lloras?- me preguntaba mi madre.

- De alegría- dije yo.

jueves, 3 de junio de 2010

GRADUACIÓN

Hoy, 3 de junio de 2010, ha tenido lugar nuestra graduación. Nadie sabía que esto iba a ser as í , debimos haberlo imaginado... el caso es que después de un examen, Inma, nos pidió que le concediéramos un momento. Ya nos lo temíamos, hacía unos días nos habíamos puesto nuestras mejores galas, nuestra mejor sonrisa y estábamos esperando en ese auditorio abarrotado de gente a que llegara ella: nuestra madrina. Pero no llegó.

Hoy éramos los treinta y pico de siempre, en el aula de los tres últimos años. Esta vez, íbamos en vaqueros, teníamos caras de cansados y la ilusión brillaba por su ausencia. Esperábamos entre bromas e impaciencia a que llegara a la una y cuarto, según lo acordado. Ya suponíamos que se iba a disculpar con nosotros por lo ocurrido, pero también sabíamos que su ausencia aquel día no había sido, ni mucho menos, responsabilidad suya.

Y entonces llegó. Justo a la hora, puntual como siempre. Entró en clase sonriente y decidida. Esperó unos segundos a que cogiéramos asiento y le prestáramos atención. De pronto, se puso muy seria y dijo de forma pausada:

"Tenía que venir a veros para deciros que sé que habíais querido que yo fuera la madrina en vuestra graduación... Una profesora intuye cuando hay un feeling especial con una clase y... yo lo había notado con vosotros. Tanto es así que habéis de saber que tenía escrito el discurso para el acto de graduación desde el día que hicimos el examen de mi asignatura el año pasado... Estaba guardado y preparado para ese momento.

Los responsables de que esto haya sucedido bien saben quiénes son. Yo me enteré de que tenía que ir a vuestra graduación el día antes y mayo... ya sabéis, mayo está lleno de comuniones, bodas e implicaciones personales. (silencio) Los responsables de que pasara esto bien saben quiénes son y allá cada uno con su conciencia y su profesionalidad. (silencio otra vez y mirándonos fijamente)

Lo que yo quiero que sepáis es que mi mente ese día estaba en otro lugar. Mi mente ese día estaba con vosotros...

Hay gente muy especial en esta clase y si algo hemos aprendido juntos es que para la educación no vale con ser bueno, hay que tener dos cosas. Una, ser muy positivo y dos, tener pasión. Y ninguna de las dos cosas se aprende en esta facultad.

A vosotros no os va a dar las gracias nadie por nada, no os van a aplaudir ni os van a sacar en las revistas. Pero por vuestras manos va a pasar tanta, tanta gente que tenéis que ser muy conscientes de lo importante que es vuestra labor.

Bien sabéis que lo nuestro no fue un flechazo... Nuestra relación ha ido tomando forma entre prácticas de comunicación e impresiones teóricas. Nosotros hemos creado esto día a día. Ahora os deseo lo mejor, de todo corazón...

Pero una cosa sí que quiero que os quede clara... la madrina de este curso es: Inmaculada Calleja."

Y emergió el aplauso unánime que nace de la emoción, de la admiración y de la gratitud. Y eché un vistazo a mi alrededor y no era yo la única que tenía la mirada empañada. Ahora sí que se ha acabado el curso, ahora sí nos habíamos graduado.

... Es muy difícil dejar plasmada aquí la intensidad de las palabras de Inma, es muy difícil porque la esencia no es únicamente lo que dice (y que a parte yo recuerdo) sino cómo lo dice. Hay que conocerla para saber que es ella, que la esencia es esa forma de moverse, de gesticular, de mirarnos, de utilizar los silencios... La esencia es justo lo que no quiero que se me olvide y por eso había decidido... había necesitado escribirlo en este lugar.

Dicen que todo el mundo tiene algún profesor a lo largo de su vida que le marca y le remueve por dentro. Han tenido que pasar 24 años para que a mí me pasara...

Y tiene razón, la ha tenido siempre y hoy también: la clave es la pasión.

miércoles, 2 de junio de 2010

SABOR AGRIDULCE


Es esa sensación tan familiar de que algo termina. Lo noto mientras hago la memoria, entre apuntes en otros idiomas, lo siento un rato sí y otro también. Es la inexorable duda, el fatídico miedo que se apodera de ti justo cuando tomas coraje. Es el sabor agridulce de cerrar una fase, de llegar a una meta. Menos mal que vienes a verme cuando estoy sola... y que buscas conmigo alguna certeza que tiene que ver con mañana. Menos mal que tengo la última hora del día para ver extinguir la luz y sentirme más lúcida que nunca. Menos mal que están los de siempre para contarles lo mismo. Hoy me siento distinta.

Después quedará tiempo para la calma, espero. Todo el mundo está deseando que llegue el verano para hacer todo lo que no ha hecho durante el resto del año: vivir. Y la verdad, yo les diría que, por lo menos en mi caso, disfruto más de los placeres de la vida en estos momentos. Qué incongruencia...


Nos sentimos únicos cuando peleamos con nuestros propios fantasmas, cuando nos quitamos el disfraz que llevamos puesto y decimos: "Esta persona que ves soy yo". Cuando elegimos quedarnos con aquellos que no nos venden sus disfraces, al menos, no siempre.

Somos únicos y yo me siento hoy distinta. Ojalá pudiera irme lejos, volver y que todo siga en su sitio tal y como lo dejé. De momento, voy a tratar de acostumbrarme a este sabor.