Allí es simplemente distinto. No espero que nadie lo entienda, quien es de allí, lo sabe. Da igual que creas o no, que tengas una ideas u otras, no importa, si estás allí entenderás que la Semana Santa se VIVE con mayúsculas.
Zamora es una ciudad pequeña, apartada en el mapa, sin mucho más de qué presumir a parte de su arte románico y lo que son estos días. Cada vez que vuelvo, sobre todo por estas fechas, vuelvo a ser la niña que vivía allí. Se me siguen poniendo los pelos de punta al escuchar el Miserere o la Marcha de Thalberg. Me emociona ver las calles tenues alumbradas sólo con velas y el paso del Cristo Yacente o el manto sobrio que arropa el imagen triste de la Virgen de la Soledad. Volvería mil veces a la casa de mis abuelos a comer arroz a la zamorana, potaje, torrijas, aceitadas... "las almendras garrapiñadas y las pipas son para después" diría mi abuela.
Son esas calles, cada rincón que encierra un recuerdo, las caras que me suenan pero no reconozco, los ojos que buscan al niño de ojos verdes. Es casi poético, romántico, el escenario de tiempos muy felices y que hoy echo tanto de menos.
Y no espero que nadie lo entienda... En un mundo en el que se premia lo grandilocuente yo me quedo con lo sencillo.
Podría decirte que nunca sentí eso, que nunca he visitado ni andado por esas calles, podría incluso decirte que hace años que no las piso, y que no siento nada al oir esas canciones.
ResponderEliminarPero te mentiría, ahí he estado, slaiendo por esas calles de fiesta rodeada de jovenes que se mantienen al margen de estas tradiciones., y a la vez, al lado de otros muchos que sí lo sienten, que incluso se emocionan y lloran al ver los pasos, se llenan de orgullo al ver a sus familiares salir en procesión..
Entiendo ambos, no me posiciono en ningún lugar, pero sí es cierto que me encanta sentir ese algo que aún hoy, depués de los años no se como describirlo, me encanta ser fiel a ese cosquilleo,emoción...todo mezclado!
Por eso...una vez más, te siento, te entiendo, y me encanta!!!=)
justo antes de que el Duero pase a Portugal baña esta bonita ciudad que está en el ostracismo, que está a oscuras y, es curioso, se ilumina más con la luz de las velas que con las farolas el resto del año. Lo decía Saint-Exupery, "mi patria es la infancia". Está todo dicho.
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