De vuelta de un paraíso echo sólo un vistazo. Escucho las historias, trato de incorporarme a los días normales y de pronto no me pesa tanto. Me parecía que la vida se repetía, que todo cambiaba hacia lo estático, que esta ciudad sólo alguna vez había sido para mí. Y de pronto lo veo claro, predeciría lo que va a pasar y creo que no me equivocaría. Casi lo aseguro.
Hacer un viaje siempre me dio otra baza, otra perspectiva, como si me elevara y lo viera todo desde fuera... A mí la distancia nunca me dio frío, ni miedo, sólo oxígeno. Como si allí pudiera ser quien quisiera, imaginarme contigo, cómo sería la vida así, allí o aquí, pero contigo.
Y voy a mirar al futuro a los ojos porque nada es para tanto. Para tanto eres tú y poco más.
Hacer un viaje siempre me dio otra baza, otra perspectiva, como si me elevara y lo viera todo desde fuera... A mí la distancia nunca me dio frío, ni miedo, sólo oxígeno. Como si allí pudiera ser quien quisiera, imaginarme contigo, cómo sería la vida así, allí o aquí, pero contigo.
Y voy a mirar al futuro a los ojos porque nada es para tanto. Para tanto eres tú y poco más.
No lo dejes escapar, imagina, sueña, vive y disfruta!!
ResponderEliminarNunca nada es para tanto!!!=)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa compañía marca el viaje, siempre lo he sentido así, por eso las grandes ciudades sirven de telón de fondo idóneo para disfrutar de un buen relato, pero sin protagonistas a la altura queda deslucida la historia.
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