lunes, 18 de octubre de 2010

Cuarta Semana

Qué le voy a hacer... Yo no tengo la culpa de que el baloncesto haya calado tanto en mi vida. No tengo la culpa de que mi padre desde pequeñita me llevara a ver partidos y me enseñara a botar un balón. Supongo que yo no elegí tener una hermana que jugara más que bien y que algunos de mis mejores amigos comenzaran a serlo precisamente por estar en contacto directo con este deporte. Es por eso que era inevitable que ese día todos ellos estuvieran en mi mente: Toronto Raptors vs Boston Celtics.


En el Air Canada Centre no sólo se juegan los partidos de baloncesto de la NBA, también es el pabellón del equipo de hockey Toronto Maple Leafs y es el lugar donde se realizan infinidad de conciertos de música. Muchos de los grupos y artistas más importantes del panorama internacional han tocado aquí.


El interior está repleto de cafeterías y puestos de comida rápida. La verdad es que todo el mundo compra algo porque los partidos suelen ser bastante largos (unas dos horas y media) pero lo suyo es disfrutar del juego con tu cubo de palomitas y tu refresco extragrande.

Y bueno el resto es todo espectáculo, desde las presentaciones de los jugadores hasta la mascota, pasando por la música, las cheerleaders, los tiempos muertos, el público... Unos animando a los Toronto Raptors, otros animando a los Boston Celtics y los españoles animando a Calderón. Jaja! Tal cual, de vez en cuando se oían gritos de "¡Vamos Jose!" o "¡Calderón, Calderón, Calderón!". Lo más gracioso del asunto es que los españoles nos íbamos saludando desde los distintos puntos del pabellón. Supongo que mucha gente de la que estaba allí pensaría que éramos un poco catetos porque éramos los únicos que andamos dando la nota pero la verdad es que fue muy divertido.

Y a Shaquille O´Neil no lo sacaron nada de nada, ni aunque su equipo llegara a estar en apuros, ni aunque gritáramos su nombre una y otra vez :( Estuvo en el banquillo tooodo el rato, así que nada, nos quedamos con las ganas de verle jugar...

Como era de esperar los Boston Celtics ganaron pero la verdad es que no les fue fácil. Tan sólo de cinco puntos fue la diferencia.

Cambiando de tema, este fin de semana he ido a visitar Centre Island que es, como el propio nombre indica, una isla que está en el lago de Ontario y desde la cual se ve la ciudad de Toronto. La verdad es que tiene unas vistas muy chulas.



Además se puede decir que tuvimos buena suerte porque no hizo mucho frío. La idea era ir a pasar el día, llevar algo de comer, beber y jugar a algo... La isla está repleta de zonas verdes, se podían alquilar bicis, barcas, había playas, canchas de baloncesto, de fútbol y de voley.



Lo pasamos francamente bien, estuvimos explorando la isla, escuchando música y jugando al baloncesto (estábamos inspirados del día anterior). Y fue muy curioso porque encontramos una playa con esta señal... Muy útil por si te has perdido :)



En fin, faltaba la flecha que me dijera por dónde quedaba mi casa... Pero no pasa nada, todavía me quedan un par de semanas para seguir perdiéndome un poco por aquí y contaros las cosas que me voy encontrando por el camino. ¡Muchos Besos!




lunes, 11 de octubre de 2010

Tercera semana


Ya estoy justo en el ecuador de mi estancia en Toronto y reconozco que se me esta pasando el tiempo muy rápido. Cada día es distinto y es una nueva oportunidad para vivir mil experiencias. Esta semana os puedo contar que estoy especialmente impresionada con la capacidad que tiene esta ciudad para acoger gente de cualquier parte del mundo y que todos ellos vivan en paz respetándose los unos a los otros. No hay grandes problemas de racismo, si algo sucede es más bien puntual. Como dicen en mi casa "puedes estar en Toronto y vivir acorde a tus raíces". Es cierto, hay barrios para todos: chinos, coreanos, hispanos, filipinos... Aquí todo son mezclas y contrastes. La propia arquitectura de la ciudad lo dice:



Pero no todo el monte es orégano... hace unos días os contaba que la gente aquí es muy respetuosa, muy amable. Podríamos decir que son unos ciudadanos ejemplares, pero también os tengo que contar que hay una razón: Si a alguien se le ocurre pisar o estropear el césped de un lugar público en el que se estipula explícitamente mediante un cartel la prohibición de dicho acto la multa a la que se puede enfrentar es de 5000 dólares ni más ni menos. Y lo mismo si tiras un chicle al suelo, si escupes en la calle o si pintas una pared...

Otra curiosidad que no todo el mundo lleva muy bien es que aquí los bares, clubs y pubs tienen que dejar de servir alcohol a las 2 de la mañana por ley. Parece ser que con esta medida se ha reducido notablemente el numero de accidentes de tráfico durante los fines de semana. Por otro lado, si decides comprar el alcohol por tu cuenta para hacer una fiesta en tu casa, es importante recordar que aquí los supermercados no venden más que cervezas. Si lo que quieres son otro tipo de bebidas: vino, ron, vodka... tienes que ir a tiendas especializadas, las alcoholisterías (o algo así, no sé cómo sería exactamente la traducción). Allí por supuesto, tienes que enseñar tu DNI y si eres mayor de 19 años puedes comprar lo que te de la gana.

Y dejando los aspectos legales a un lado, esta semana he hecho (como no) un montón de cosas. Primero, Casa Loma. Este palacio es uno de los monumentos que más explotan de cara al turismo. Tengo que reconocer que el día que fui a visitar este sitio no llevaba grandes expectativas ya que aquí a cualquier edificio, iglesia o monumento del siglo pasado les parece que es una antigüedad valiosísima digna de admirar por toda la humanidad. Pero en este caso me equivocaba y mucho.

No sé si tuve la mala o la buena suerte de que cuando yo fui estaban rodando una película y hubo una parte de la casa que no pude ver digamos... al natural. Parece ser que en este edificio es muy habitual que esto suceda. Allí han rodado varias escenas de Xmen, Chicago, Pacífico... Por supuesto en cuanto llegué a casa me dediqué a buscar las peliculas en internet.


Y bueno, el interés de la Casa Loma reside en dos aspectos: el primero, la historia de los propios inquilinos que vivieron en ella (si alguien tiene interés se la cuento en otro momento) y segundo, las comodidades que poseía que eran muchísimo más avanzadas a las de su tiempo: duchas de hidromasaje, habitaciones circulares, jardines de invierno, piscina climatizada... Impresionante.



Por otro lado, el jueves tuvo lugar en la escuela la Pot Luck Party. Todo aquel que quisiera podía preparar comida típica de su país y llevarla a la escuela. La verdad es que estuvo muy bien, en general, participaron muchos países. Nosotras, Meritxell (la otra chica española) y yo, preparamos tortilla de patata y sangría. Bueno, o casi, porque con las tortillas tuvimos algún problemilla "técnico" y la sangría la tuvimos que hacer con vino sin alcohol... (la escuela no nos dejaba llevar alcohol porque hay gente menor de edad) y parecía más bien zumo. Pero bueno, teniendo en cuenta que los demás no habían probado nunca la receta "original" conseguimos salir del paso...



Y como guinda del pastel, este fin de semana hemos hecho una excursión para ver las Cataratas del Niágara. Por fin!!


Lo que pasa es que debo ser un poco ingenua porque yo pensaba que el autobús nos sacaría de la ciudad y nos llevaría a un lugar en medio de la naturaleza para contemplar la belleza de las grandiosas cataratas, pero no. Las Cataratas del Niágara están en medio de un complejo de hoteles, casinos, restaurantes, tiendas... y como decían los coreanos, parecía un parque de atracciones. Pero bueno, no les quitemos protagonismo a ellas: el reclamo y el motivo del viaje. Para ver las cataratas te montan en un barco y te dan una especie de chubasquero que te cubre prácticamente de los pies a la cabeza. El barco se acerca tanto, tanto a las Cataratas que te calas inevitablemente.


Y por último, Acción de Gracias. No, no he comido pavo. Como ya os he comentado mi familia es filipina y ellos hacen la celebración a su manera: barbacoa en el jardín, marisco, bebida y karaoke. Tampoco estuvo nada mal, lo pasé muy bien. No puedo enseñaros las fotos porque me quedé sin batería en la cámara. Cuando me las pasen os las enseño ¿vale?

¡Hasta la semana que viene!
¡¡Muchos besos a todos!!




domingo, 3 de octubre de 2010

Segunda semana

El otoño ha llegado. Ahora sí puedo decir que hace frío y que estas temperaturas podrían ser las propias del mes de noviembre en Valladolid. La parte buena de esto es que el paisaje está precioso y los árboles están cambiando los verdes por tonos rojizos y marrones. Me llaman mucho la atención los parques porque es muy habitual ver ardillas. No se acercan mucho a la gente, están subidas a las ramas divisando el panorama y muchas veces esperan a que algún transeúnte se acabe su sándwich para apurar las pocas miguitas que se le hayan podido caer al suelo.


Esta segunda semana empiezo a estar más cómoda. La primera todo era incertidumbre: no conoces a nadie, quieres ir a verlo todo, hacerlo todo a la vez. Ahora estoy más metida en la vida diaria. Tengo una familia y unos amigos "postizos" y voy a clase, estoy en casa, salgo a ver cosas, quedo con otra gente. Ahora hay tiempo para todo.

El jueves, por fin, pude subir a la torre de la CN (la del chiste, desde la que se ve Torontoentero), antes me había sido imposible porque había estado lloviendo y no merecía la pena gastarse el dinero para ver una manta de nubes. Pero la espera ha merecido la pena, sin duda. El atardecer fue una pasada y no es por nada pero estoy muy orgullosa de estas fotos:


Por si no lo había dicho antes, Toronto es una de las ciudades más caras del mundo. De hecho, ayer pagué por dos cervezas 14 dólares así que como os podéis imaginar hacer turismo no es mucho más barato. Existe la posibilidad de sacar un bono para nueve días que te permite ir a ver los lugares más representativos de la ciudad. Uno de ellos es el Museo de Ontario.



Y la comida... he cambiado de opinión. Demasiada carne... deliciosa, eso sí, pero ya se va echando un poco de menos alguna ensaladita o una manzana. Es una opinión generalizada entre los estudiantes de la escuela. El otro día uno de los compañeros de clase propuso ir a un restaurante coreano para ver si alternábamos un poco con otro tipo de sabores: kimchi, ensalada de algas, sopa de tofu...

Este fin de semana ha sido La Nuit Blanche. Es un festival que hay en Toronto todos los años y que consiste en que durante toda la noche la cuidad se llena de espacios destinados al arte: danza, fotografía, escultura, música, pintura...


Como decía hay tiempo para todo. Los bares por aquí son todos muy parecidos, los viernes por la noche nos juntamos la gente de la escuela en el Madison que está en la zona de Spadina, donde hay un montón de sitios para salir. A mí me recuerdan a los que salen en las series americanas (como no). La gente suele sentarse en mesas y lo mismo te puedes pedir una copa que unas patatas fritas.


Así que nada, esto es lo que está sucediendo en el país de muy muy lejano. Da gusto poder compartirlo como si estuviéramos justo al lado. Un abrazo kilométrico.