Érase una vez un gato que perseguía a un ratón por una casa.
El ratón, más rápido que el gato, consiguió doblar una esquina y se refugió detrás de su mamá la rata.
La rata, antes de que llegara el gato, comenzó a ladrar. El gato al oír los ladridos huyó despavorido.
En ese momento la rata se volvió hacia su hijo y le dijo: "Ves, hijo mío, qué importante es aprender una segunda lengua".
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ResponderEliminarMuy muy BUENOOOO!!!!
ResponderEliminarJAJAJAJAJAJAJAJ
Ahora a enseñar a los gatos a ladrar!!!
:DDDD
jajajaja es buenisimo!!!:P
ResponderEliminarEsperemos que haya muchos gatos que necesiten y quieran aprender a ladrar!!!
jajaja, tiene su punto, muy bueno!
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